cuando aún no era nadie
luz, diáfana luz,
dormí a menudo
en los arroyos sinuosos.
al devenir en alguien -casi-
piedra, arisca piedra, estriada de hielo
una fuerza enorme me revolcó,
cuesta abajo.
y por fin despejarse, aclarar, vivir:
llama, desnuda llama,
en el esferico espacio infinito
muestro nuestra patria real.
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